La Retórica Homeológica, es un oficio que no produce ninguna obra manual, sino todo su efecto, toda su virtud, está en breves discursos, los cuales constituyen un verdadero arte de enseñar a hablar y establecer una estrecha relación con el INDIVIDUO, ya que la retórica por sí sola es un arte, cuya virtud descansa por entero en el discurso. Todo esto se reduce a crear la persuasión en el hombre sufriente, para que cambie en la mayor medida posible su negativa forma de pensar como de hablar y actuar, y realizar su propia transformación espiritual.
La relación empática entre el homeólogo y el hombre sufriente, debe realizarse de un modo sencillo y filantrópico, acompañada además de un profundo y elevado respeto, ya que el homeólogo o el terapeuta, en trance de ayudar el restablecimiento íntegro de la salud, debe tener la obligación moral de conocer al INDIVIDUO en su historia vital, debe comprenderlo en su intimidad personal, para extraer los malestares que lo caracterizan, que le dan la pauta caracterológica, distinta en su genio mórbido, esos malestares de la voluntad biológica de que tanto habla Hahnemann.
